El aislamiento social: Caso de estudio.

 


Un gran número de países están viviendo una situación completamente atípica y es la de quedarse en casa de forma forzosa debido a una pandemia mundial. Es decir, estamos en confinamiento. Si los confinamientos tienen alguna característica central, sin duda, es el aislamiento social que genera. Esta situación reduce considerablemente el contacto social a nivel físico. Es importante recordar que durante este tiempo se han disparado las videollamadas con amigos y familiares, con lo que el aislamiento social se ha vuelto más llevadero.

Desde el Departamento de Neurociencias y Ciencias Cognitivas del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), comenzaron a investigar las consecuencias del aislamiento social sobre el cerebro. Lo mas curioso del caso, es que esta investigación fue anterior al brote del coronavirus y del confinamiento. Una de las conclusiones a las que llegaron, es que el aislamiento social es lo más parecido a un ayuno social. Para ello realizaron un experimento y analizaron las reacciones cerebrales de los voluntarios, ¿cómo reaccionó el cerebro al aislamiento social? ¡Comencemos!

El aislamiento social y ayuno social: el experimento

Los investigadores del MIT se preguntaron qué ocurre en nuestro cerebro en una situación de aislamiento social. Partían de la hipótesis de que las situaciones de aislamiento social forzoso podrían equivaler al ayuno social. Para ello diseñaron un experimento en el que pidieron a varios voluntarios que se encerrasen durante diez horas en una habitación. Obviamente cada uno de ellos por separado. Las condiciones del experimento fueron sencillas: diez horas de encierro sin poder salir y sin ver a nadie.

A pesar de que pueda parecer poco tiempo, fue suficiente para alterar el funcionamiento cerebral de los sujetos que participaron. Por otro lado, otro grupo de sujetos guardó ayuno alimenticio durante todo el día. De esta forma, podrían comprobar las diferencias o parecidos de la reacción cerebral ante ambos ayunos. ¿Cuáles fueron los resultados?

El aislamiento social y cerebro

Llega la hora de observar el cerebro. Por un lado, a los que ayunaron les mostraron imágenes de comida mientras exploraban sus reacciones cerebrales. En estos sujetos, se observó que ver imágenes de comida activaba el área tegmental ventral y la sustancia negraáreas en las que se alojan neuronas que segregan dopamina. Por otro lado, a los que habían permanecido encerrados en aislamiento social, les mostraron imágenes de gente en las que se podía ver como hablaban, interaccionaba y socializaban. ¿Qué observaron los investigadores? Exactamente lo mismo, activación del área tegmental ventral y de la sustancia negra.

Las vías dopaminérgicas observadas son fundamentales para la motivación. Parte de su función es que nos impulsan a conseguir satisfacción a través de conductas relacionadas con la supervivencia, por ejemplo, comer, mantener relaciones sexuales o saber qué ocurre e nuestro al rededor. Así pues, los resultados que se obtuvieron a través de la observación cerebral, indican que la motivación para estar en contacto con los demás es igual a la motivación para comer.

Consecuencias del aislamiento social

Los investigadores realizaron un paralelismo entre el ayuno alimenticio y el social. Si dejamos de comer y ayunamos durante demasiado tiempo, con toda certeza moriremos. Por otro lado, si permanecemos aislados a nivel social durante mucho tiempo, podemos «morir» a nivel social. Un estudio anterior en animales ofreció unos resultados que llamaron la atención. Los animales que permanecían aislados, tendían a activar estos circuitos de motivación a través de la comida e ingerían más alimentos. Incluso, si se les proporcionaban drogas, podían volverse adictos. Luego, una de las conclusiones del estudio fue que durante el confinamiento algunas personas podrían caer en alguna adicción.

El peligro de caer en alguna adicción, al parecer, puede ocurrir en las primeras fases del aislamiento social. Sin embargo, si la situación se alarga, el sistema se acostumbra al debilitamiento, la motivación merma y pueden aparecer síntomas depresivos. Así pues, si observamos los resultados de este experimento no es extraño que tanta gente esté comiendo más de la cuenta durante el confinamiento y que presente síntomas depresivos.

Los beneficios del aislamiento social

Sin embargo, no todo es negativo. Si sabemos llevar el confinamiento, podemos incluso beneficiarnos. Sin duda, cuando una situación es impuesta a la fuerza, la primera reacción a nivel cerebral y conductual es oponernos. Es decir, si debemos permanecer en casa encerrados, lo primero que querremos es salir y pensaremos en salir. Un ejemplo paralelo muy simple y que a mucha gente le habrá pasado es el siguiente. Cuando hemos tenido que guardar ayuno alimenticio para alguna prueba médica, ¿qué ha ocurrido? A los pocos minutos el hambre aumenta y no sólo queremos comer a nivel conductual, sino que pensamos en comer de forma constante.

Una vez que aceptamos la situación y sabemos que debemos estar confinados, podemos dedicar más tiempo al auto-conocimiento y podemos comenzar a valorar más las relaciones sociales. Si en un estado de aislamiento social somos capaces de convertirlo en nuestro aliado, seremos capaces, por ejemplo, de disfrutar mucho más de un café. ¿Cuántos no hemos deseado que se llenara la basura sólo para ir al contenedor y poder caminar unos metros? De esta forma, podemos aprender a valorar lo que teníamos en el día a día y que pasábamos por alto.

Referencias

Tomova, L., Wang, K.Thompson, T.Matthews, G.Takahashi, A., Tye, K. y Saxe, R. (2020). The need to connect: Acute social isolation causes neural craving responses similar to hunger. BioRxiv.

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