El entrenamiento cognitivo puede reducir el envejecimiento mental
Estamos en un momento histórico importante en el que muchas personas sanas se preocupan no sólo de su salud física sino también del correcto funcionamiento de sus cerebros. ¿Cómo conseguir que mi cerebro se mantenga joven durante más tiempo?
Alrededor de este tema hay bastante polémica, como en cualquier campo de conocimiento novedoso. Quizá poco a poco las investigaciones en este terreno vayan arrojando luz sobre los efectos que hábitos como el entrenamiento cognitivo pueden tener sobre el envejecimiento cerebral.
Uno de esos estudios ha sido recientemente publicado en la revista científica BMC Geriatrics (2016) por un grupo de investigadores de Shangai, en China. En el experimento participaron 70 personas mayores que fueron distribuidas en tres grupos: un grupo que realizó un programa de entrenamiento cognitivo multidominio (esto es con ejercicios de varias funciones cognitivas como memoria, atención, flexibilidad…); otro grupo cuyo programa de entrenamiento se centraba en un solo dominio cognitivo; y un tercero que denominamos control que no realizó ningún tipo de tarea. Los entrenamientos duraron unos tres meses y se llevaron a cabo en dos sesiones semanales de una hora de duración. Para medir los cambios en el funcionamiento mental, a todos los participantes se les realizaron una serie de test cognitivos, y para valorar los cambios cerebrales se les practicaron resonancias magnéticas cerebrales.
Los resultados del experimento van en la línea de los beneficios del entrenamiento cognitivo, aportando datos sobre cómo puede suceder eso en términos neurales. Ambos grupos de entrenamiento, tanto el multidominio como el de dominio único, mostraron cambios cerebrales. Concretamente se observó un menor aumento de lo que se conoce como entropía funcional y un menor descenso de la entropía dependiente del tiempo, un índice que se sabe que disminuye en el envejecimiento y que se asocia con alteraciones en la estructura cerebral y el flujo sanguíneo cerebral.
Ting Li y su equipo encontraron, entre otras cosas, un descenso de la entropía dependiente del tiempo en el giro frontal inferior, el giro frontal medial superior y el tálamo en el grupo de entrenamiento de varias funciones mentales. Estos cambios, además, correlacionaron con mejoras en algunos de los test de funcionamiento cognitivo.
Los autores concluyen que el entrenamiento de capacidades cognitivas puede producir cambios plásticos en las conexiones cerebrales, y que ello podría estar en la base del beneficio del entrenamiento mental. Este es otro hallazgo más a favor de no dejar tu cerebro a merced del tiempo y de lo conveniente de mantenerlo activo como forma de favorecer su salud.
Tomado de : Marisa Fernández es neuropsicóloga Senior en Unobrain